En Al ritmo de los acontecimientos

A veces parece que son los sueños los que determinan la historia. Muchas veces hemos pasado la vida añorando que se cumpliera un sueño. Otras veces los sueños han cambiado la vida de una persona. Mirad si no en la Biblia a Jacob, José su hijo, Daniel, el profeta o José de Nazaret, el esposo de María, entre otros.

La asociación laical de Acción Católica General reúne a más de 700 personas (niños, adolescentes, jóvenes y adultos) en Ávila, desde el día 1 hasta el 4 de agosto, en un Encuentro de Laicos que se han atrevido a llamar: “Haciendo realidad el sueño de Dios”.

Esta asociación de laicos, nació hace 10 años, a propuesta de los obispos, para dinamizar la vida de las parroquias. ¡Es todo un sueño! Debía preguntarme si estoy satisfecho del funcionamiento de nuestra parroquia, si realmente me está ayudando a formarme, a celebrar, a orar juntos, a ser testigos en el mundo profesional, político, empresarial, cultural, y más allá aún, en el mundo de la enfermedad, de la soledad, de las cárceles, de los descartados, de las calles… es decir, ¿cómo me ayuda la parroquia a tener una presencia significativa en un mundo secular y en la vida pública?

Para hacer realidad el sueño de Dios, hay que servir mucho, darse mucho, salir de si, discernir, hacer comunidad… para de esta manera poder anunciar “su” Evangelio y hacer “sus” discípulos, hasta los confines de la tierra (todos los confines, hasta los rincones y esquinas que están a mi lado). Ese, y no otro, es el mandato del Señor. ¿Y yo? ¿Me conformo con ser un cristiano de media hora los domingos o de procesión tres días al año?

En nuestras parroquias es necesario hacer grupos que nos ayuden a formarnos, a planificar la misión, a llevar adelante la pastoral de nuestra diócesis, sin anteponer siglas o estructuras que nos puedan dividir, como muchas veces aparentamos, si no lo estamos.

Las puertas de las murallas de Ávila se abrirán de par en par y de allí saldremos con un espíritu renovado para popularizar la Acción Católica. Porque, como dice el Papa Francisco, “la Acción Católica no puede estar lejos del pueblo, sino que sale del pueblo y tiene que estar en medio del pueblo. Todos sus miembros han de ser dinámicamente misioneros. Los chicos evangelizan a los chicos, los jóvenes a los jóvenes, los adultos a los adultos. Nada mejor que dos para mostrar que es posible vivir la alegría de la fe”.

Ojalá sigan creándose más grupos laicales parroquiales de Acción Católica, para compartir la fe, revisar la vida y tomar impulso para ser sal y luz en el mundo. Creo que en nuestras parroquias también tenemos derecho a soñar. ¡Feliz verano!

¡Ánimo y adelante!

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