En Carta de los obispos de las diócesis aragonesas, Carta desde la fe

 

Queridos catequistas, profesores, animadores y acompañantes de personas, grupos y comunidades en el camino espiritual de la fe:

En el “Día de la Educación en la Fe” agradecemos al Señor todos los dones que nos concede y manifestamos nuestra gratitud a quienes ponéis a disposición de los demás vuestro tiempo, dedicación y entusiasmo en el itinerario de crecimiento en la fe.

El Papa Francisco, en la carta que ha dirigido a Mons. Rino Fisichella para el Jubileo 2025, afirma: “me alegra pensar que el año 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran “sinfonía” de oración; ante todo, para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo”.

Y añade: “En definitiva, un año intenso de oración, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia, haciendo del “Padre Nuestro”, la oración que Jesús nos enseñó, el programa de vida de cada uno de sus discípulos”.

Por ello, ha parecido oportuno dedicar la formación permanente de los catequistas durante el curso 2023-24 a este objetivo. Los guiones de trabajo abordan de modo sencillo el Padrenuestro.

Cuando los discípulos pidieron al Señor Jesús: “Enséñanos a orar” (Lc 11,1), Él respondió pronunciando las palabras de la oración del Padrenuestro, dándonos un modelo concreto y al mismo tiempo universal. Todo lo que se puede y se debe decir al Padre está encerrado en las siete peticiones. En ellas apreciamos, por un lado, sencillez, de modo que hasta un niño las aprende; y, por otro, profundidad de modo que durante toda la vida se puede asimilar el sentido de cada una de ellas.

El catequista es “testigo de la fe y custodio de la memoria de Dios”, “maestro y mistagogo que introduce en el misterio de Dios, revelado en la Pascua de Cristo”, “acompañante y educador de quienes le han sido confiados por la Iglesia” (DC 113).

Deseamos expresaros, una vez más, nuestra cercanía de pastores, y os animamos a descubrir cada día la importancia de la vocación que habéis recibido y a valorar la responsabilidad de la misión que se os confía.

Agradecemos vuestra disponibilidad, paciencia y admirable generosidad.

Oramos por todas las personas que han dedicado muchos años a este importante servicio y que han llegado ya al encuentro definitivo con el Padre. Nuestra plegaria agradecida por todas ellas se convierte también en súplica para que el Señor suscite respuestas afirmativas en muchos corazones, de modo que se continúe desarrollando con alegría este ministerio eclesial.

Encomendamos a la Bienaventurada Virgen del Pilar vuestra vida y misión en el acompañamiento y crecimiento de la fe.

Recibid nuestro agradecimiento y nuestro afecto, junto con nuestra bendición.

 

+ D. Carlos-Manuel Escribano Subías, Arzobispo de Zaragoza
+ D. Julián Ruiz Martorell, Obispo de Huesca y de Jaca
+ D. Ángel-Javier Pérez Pueyo, Obispo de Barbastro-Monzón
 + D. José-Antonio Satué Huerto, Obispo de Teruel y Albarracín
+ D. Vicente Rebollo Mozos, Obispo de Tarazona

 

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