La pandemia ha trastocado la vida de personas, familias, empresas, pequeños negocios e instituciones. En estos meses, hemos visto las dificultades y el sufrimiento de mucha gente, más o menos cercana, pero no sabíamos hasta qué punto está golpeando esta crisis. La semana pasada, Cáritas ofreció datos concretos, que nos permiten conocer mejor la situación y, por tanto, nos pueden ayudar a plantear compromisos más eficaces.
Algunas cifras encogen el corazón. En España, la precariedad laboral alcanza a casi 2 millones de hogares; 600.000 familias no tienen ningún tipo de ingreso periódico que permita una cierta estabilidad; 1,8 millones de hogares no tienen acceso real a internet, particularmente necesario en este tiempo, para poder trabajar, estudiar o tramitar prestaciones sanitarias y de todo tipo; la exclusión social ha crecido más del doble en los hogares cuya sustentadora principal es una mujer; la diferencia entre la población con más y menos ingresos ha aumentado más de un 25%; 2,7 millones de jóvenes, entre 16 y 34 años, están afectados por procesos de exclusión social intensa; tres de cada diez familias se han visto obligadas a reducir los gastos habituales en alimentación, ropa y calzado; la exclusión social en hogares con población inmigrante es casi tres veces mayor que en los españoles…
Cáritas Teruel y Albarracín, por su parte, nos informa de la realidad más cercana: ha crecido el número de personas en situación irregular, que no pueden acceder a un trabajo normalizado; han aumentado las demandas de ayuda para alimentación, alquiler y suministros, empleo y formación; algunas familias no pueden cubrir sus necesidades básicas, por el aumento de precios y porque solo uno de los miembros trabaja, precaria o temporalmente.
Fiel a su estilo, Cáritas no se contenta con señalar y cuantificar los problemas sociales de nuestro mundo, sino que ofrece propuestas a los gobiernos y a las instituciones (cf. último Informe Foessa). Asimismo, Cáritas recuerda a la ciudadanía que todos podemos colaborar, de modo que el compromiso de muchos alivie la situación de las familias y personas más vulnerables y genere esperanza en el futuro. Podríamos plantearnos ser voluntarios de organizaciones sociales y contribuir económicamente. Además, la campaña “Seamos más pueblo” nos ofrece pistas de actuación factibles y eficaces: a) Cambia tu estilo de vida: cultiva la cercanía y la disponibilidad, hazte vecino y vecina; b) Cambia tu mirada: párate a conocer la realidad, escucha sin juzgar y habla con ternura y amabilidad; c) Cambia tu tiempo: agradece, bendice, disfruta de la naturaleza, comparte tu alegría, acompaña el dolor y la tristeza; d) No pases de largo: seguir a Jesús implica tomar partido, revisa lo que dices, lo que piensas y lo que haces, para ser más coherente.
Con la esperanza de que el dolor de tantos encienda el compromiso de muchos y crezca, con mayor fuerza, la fraternidad y la esperanza, os saludo muy cordialmente en el Señor.