En Carta desde la fe

 

A pesar de las escasas palabras que los evangelios dedican a San José, lo poco que sabemos de él resulta fascinante. De la mano de la Carta Apostólica Patris Corde, del Santo Padre Francisco, quisiera destacar cinco notas de su personalidad y de su misión.

1. Padre en la confianza. José nos muestra que tener fe en Dios incluye creer que Él puede actuar incluso a través de nuestra debilidad. Nos enseña que, en medio de las tormentas de la vida, no debemos tener miedo de ceder a Dios el timón de nuestra barca. A veces, nosotros quisiéramos tener todo bajo control, pero Él tiene siempre una mirada más amplia.

2. Padre en la obediencia. La confianza le lleva a la obediencia. José estaba muy angustiado por el embarazo incomprensible de María y decidió «romper su compromiso en secreto» (Mt 1,19), pero no se precipitó y esperó la luz de Dios, que le permitió ver claro el camino a seguir. En sueños, el ángel lo ayudó a resolver su grave dilema: «No temas aceptar a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo» (Mt 1,20). Con la obediencia superó su drama y salvó a María. En cada circunstancia, José supo pronunciar su “sí”, como María en la Anunciación y Jesús en Getsemaní.

3. Padre en la acogida. José acogió a María sin poner condiciones previas. La nobleza de su corazón le hace supeditar a la caridad lo aprendido en la ley. En este mundo donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente, José se presenta como figura de varón delicado que, aun no teniendo toda la información, se decide por la fama, dignidad y vida de María. Sólo el Señor puede darnos la fuerza para acoger la vida tal como viene, con sus alegrías y decepciones.

4. Padre en la ternura. Como hizo el Señor con Israel, así José a Jesús «le enseñó a caminar, y lo tomaba en sus brazos: era para él como el padre que alza a un niño hasta sus mejillas, y se inclina hacia él para darle de comer» (cf. Os 11,3-4). Jesús vio la ternura de Dios en José: «Como un padre siente ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por quienes lo temen» (Sal 103,13).

5. Padre de la valentía creativa. Muchas veces, leyendo los “Evangelios de la infancia”, nos preguntamos por qué Dios no intervino directa y claramente. José era el verdadero “milagro” con el que Dios salvó al Niño y a su madre. El cielo intervino confiando en la valentía creadora de este hombre. Si a veces pareciera que Dios no nos ayuda, no significa que nos haya abandonado, sino que confía en nosotros, en lo que podemos planear, inventar, encontrar.

Que San José inspire nuestros proyectos personales y los planes pastorales de nuestras comunidades. Recibid un saludo muy cordial en el Señor.

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