Hace sesenta años nació Cáritas Diocesana de Teruel y Albarracín como el organismo encargado de promover, coordinar y llevar a cabo la acción caritativa y social de nuestra Iglesia y la comunicación cristiana de bienes, sobre todo con los pobres y excluidos de la sociedad. Ella hace vida el amor preferencial hacia los pobres y la fraternidad universal, siguiendo el ejemplo y mandato de Cristo.
En el preámbulo de los nuevos Estatutos de Cáritas Española se dice: «El amor -cáritas- es primordial en la vida humana y cristiana». El papa Benedicto XVI, en su encíclica Spe salvi, nos recordó una afirmación radical sobre la fuerza salvadora del amor, cuando escribió: «El hombre es redimido por el amor» (n. 26).
Cada uno de nosotros, como seguidores y seguidoras de Jesús de Nazaret, estamos llamados a transmitir el amor de Dios en las relaciones cotidianas, especialmente con las personas necesitadas. Dicho con otras palabras: todos somos Cáritas. Pero esto no es suficiente, es indispensable también el ejercicio organizado de la caridad. Este ejercicio organizado, que promueve y lleva a cabo Cáritas Diocesana, forma parte esencial de la misión evangelizadora de la Iglesia «al igual que el servicio de la Palabra y los Sacramentos», como escribió nuestro siempre recordado Benedicto XVI en su encíclica Deus caritas est (n.32).
El papa Francisco, por su parte, ha ido más lejos al decirnos: «La belleza del Evangelio no siempre puede ser adecuadamente manifestada por nosotros, pero hay algo que no puede faltar: la opción por los últimos, por aquellos a los que la sociedad descarta y desecha» (Evangelii gaudium, 195). La Iglesia, pues, en todos sus niveles y empezando por la parroquia, está llamada a ser verdadero sujeto de acción caritativa y social.
Celebremos el sexagésimo cumpleaños de nuestra Cáritas Diocesana y brindemos por el camino recorrido y por el futuro que, con la ayuda de Dios, nos espera. Démosle gracias por el amor y el esfuerzo derrochados por tantos hombres y mujeres que a lo largo de este tiempo han aportado lo mejor de sí mismos; por la ayuda, el cariño y la formación que tantas personas han recibido para salvar un momento de dificultad o para rehacer sus vidas, gracias al trabajo de nuestra Cáritas.
Como se hace en los cumpleaños, en éste también os invito a hacer regalos: uno: mejorar nuestros servicios, de modo que las personas que acuden a Cáritas no sólo se sientan atendidas, sino que puedan percibir que son valoradas y amadas; dos: avanzar en la coordinación de los diferentes grupos católicos que trabajan en acción social; y tres: renovar nuestro compromiso para que el ejercicio organizado de la caridad sea una realidad en todas las unidades de pastoral de nuestra Diócesis.
¡Feliz 60º aniversario! Un saludo muy cordial en el Señor.