Si hubiera alguna productora televisiva decidida a realizar una serie titulada “Turolenses por el mundo… en misión”, podría completar unos 50 capítulos. ¡No son pocos! El nombre de Teruel es conocido y querido en África, América, Asia e incluso Oceanía, gracias a nuestros misioneros y misioneras, a quienes hoy recordamos especialmente, con gratitud y sano orgullo.
Lo pude comprobar con ocasión de la muerte del sacerdote misionero Vicente Lahoz, nacido en La Mata de los Olmos y fallecido en Esquel (Argentina) el 21 de mayo pasado. Cuando llamé al obispo de aquellas tierras, Mons. José Slaby, se deshizo en alabanzas al referirme la magnífica misión realizada en la Patagonia argentina por el propio P. Vicente Lahoz y por otros dos misioneros turolenses: el P. Jesús Artigot y el actual obispo de Comodoro-Rivadavia, Mons. Joaquín Gimeno.
Queridos diocesanos y diocesanas de nuestra Iglesia de Teruel y Albarracín, ¡no podemos perder este impulso misionero! Bajo ninguna circunstancia podemos llegar a pensar que en la situación actual no es posible la misión “ad gentes”, en regiones del mundo donde Cristo y su Evangelio son escasamente conocidos.
En el corazón de toda persona bautizada tiene que bullir el deseo de dar a conocer el amor de Dios, manifestado en Jesucristo. Este ardor misionero ha de llevarnos a transmitir la alegría de la fe en nuestro ambiente cotidiano, a plantearnos la posibilidad de que Dios nos llame a ser misioneros en otras tierras y, finalmente, a sostener a los misioneros con la oración y las ayudas materiales que podamos ofrecer.
«Hoy más que nunca –dice el papa Francisco en su mensaje para el Domund 2023– la humanidad, herida por tantas injusticias, divisiones y guerras, necesita la Buena Noticia de la paz y de la salvación en Cristo. Por tanto, aprovecho esta ocasión para reiterar que “todos tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable”. La conversión misionera sigue siendo el objetivo principal que debemos proponernos como individuos y como comunidades».
Animados por el testimonio de tantos “turolenses por el mundo… en misión”, hombres y mujeres que han sembrado el Evangelio en los cinco continentes, acojamos la invitación que nos plantea el papa Francisco: «Pongámonos de nuevo en camino también nosotros, iluminados por el encuentro con el Resucitado y animados por su Espíritu. Salgamos con los corazones fervientes, los ojos abiertos, los pies en camino, para encender otros corazones con la Palabra de Dios, abrir los ojos de otros a Jesús Eucaristía, e invitar a todos a caminar juntos por el camino de la paz y de la salvación que Dios, en Cristo, ha dado a la humanidad».
Recibid un cordial saludo en el Señor.