En nuestro “primer mundo”, la inteligencia artificial está al alcance de casi todos y se empieza a utilizar en un sinfín de tareas: redactar discursos, componer canciones, conducir vehículos autónomos, fabricar máquinas que pueden “aprender”, traducir textos de cualquier idioma, seleccionar personal para un trabajo e incluso utilizar la voz de personajes famosos para leer textos.
Consciente de su importancia, el papa Francisco dedica a la Inteligencia artificial el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz. He aquí algunas de sus reflexiones.
- La inteligencia es expresión de la dignidad que nos ha dado el Creador al hacernos a su imagen y semejanza, capaces de responder a su amor a través de la libertad y del conocimiento. Cuando los seres humanos, con ayuda de los recursos técnicos, nos esforzamos para que la tierra llegue a ser morada digna de toda la familia humana, actuamos según el designio de Dios.
- La inteligencia artificial producirá efectos positivos si somos capaces de conducirnos responsablemente, respetando valores humanos tan fundamentales como la inclusión, la transparencia, la seguridad y la equidad.
- Hemos de considerar el impacto de las nuevas tecnologías en el ámbito laboral. Las aplicaciones industriales absorben trabajos que eran competencia exclusiva de la mano de obra humana y, en este escenario, ha de evitarse el beneficio desproporcionado de unos pocos a costa del empobrecimiento de muchos.
- El uso bélico de la inteligencia artificial es motivo de especial preocupación por las implicaciones éticas que comporta. Es preciso garantizar la supervisión humana de los sistemas de armas, que nunca habrían de gestionarse de forma autónoma. Además, las aplicaciones técnicas más avanzadas deberían servir para pavimentar los caminos de la paz, no para la resolución violenta de los conflictos.
- Si se utiliza la inteligencia artificial para promover el desarrollo humano integral, introducirá importantes innovaciones en la agricultura, la educación y la cultura, un mejoramiento del nivel de vida de enteras naciones y pueblos, el crecimiento de la fraternidad humana y de la amistad social. En definitiva, el modo en que la usamos para incluir a los últimos, es decir, a los hermanos y las hermanas más débiles y necesitados, es la medida que revela nuestra humanidad.
- Es preciso educar el uso de la inteligencia artificial, impulsando el pensamiento crítico y la capacidad de discernir el uso responsable de los datos y contenidos producidos por este sistema u obtenidos en internet.
Os animo a leer íntegramente el Mensaje del Santo Padre y a comentarlo en los grupos de formación, a fin de conocer y saber utilizar la inteligencia artificial como una herramienta para desarrollar el bien común y la paz.
Recibid un cordial saludo, en el Señor.