Encarando la recta final del Año de San José, queremos celebrarlo como se merece. Por eso don Eduardo Riaza Molina, director del Colegio de la Purísima de Teruel, Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Real Sociedad Española de Física, nos ha elaborado una serie de 7 dolores y gozos de San José.
Para ello se ha basado en un librito del Padre José Antonio Carrasco, Carmelita Descalzo. Las imágenes son fotografías de los dolores y gozos de S. José que se encuentran en el Santuario de Torreciudad (Huesca).
Cada semana iremos publicando el dolor y gozo correspondiente a ese domingo.
SÉPTIMO DOLOR: Le estuvieron buscando entre los parientes y conocidos, y al no hallarle, volvieron a Jerusalén en su busca (Lc 2, 44-45).
SÉPTIMO GOZO: Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles preguntas (Lc 2,46).
REFLEXIÓN: Santa María y san José sufrieron mucho al perder a Jesús hasta que le encontraron. Pero fue muy grande su alegría al recuperarlo. Siempre que sufrimos y pasamos por tristezas nos hacemos mejores, aprendemos cosas nuevas y nos podemos dar cuenta de que todo queda atrás porque Dios nos cuida.
SEXTO DOLOR: Él se levantó, tomó al niño y a su madre y regresó a la tierra de Israel. Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, temió ir allá (Mt 2, 21-22).
SEXTO GOZO: Y fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por los profetas: será llamado Nazareno (Mt 2,23).
REFLEXIÓN: No sabemos cuánto tiempo vivieron como inmigrantes en Egipto, pero como José estuvo atento a las noticia supo que aunque Herodes se había muerto, su sucesor también era cruel.
Importa mucho saber las cosas, ser prudentes, ser valientes: lo bueno es acudir a Dios en los peligros y estar siempre junto a Él.
QUINTO DOLOR: El ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y estate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo (Mt 2,13).
QUINTO GOZO: Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dice el Señor por el profeta: «De Egipto llamé a mi hijo» (Mt 2,15).
REFLEXIÓN: Parecía que nacido Jesús podían regresar a Nazaret. Sin embargo, un peligro se cernía en silencio: Herodes, inquieto al escuchar de los Magos el nacimiento de un rey, decidió matar a todos los niños nacidos en Belén y alrededores.
También nosotros podemos sufrir incomprensiones y apuros no pequeños. Pero no estamos solos: Dios nos cuida todos los días.
CUARTO DOLOR: Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: Mira, éste ha sido puesto como signo de contradicción para que se descubran los pensamientos de muchos corazones (Lc 2, 34-35).
CUARTO GOZO: Porque han visto mis ojos tu salvación, la que preparaste ante todos los pueblos; luz para iluminar a las naciones (Lc 2, 30-31).
REFLEXIÓN: La profecía del anciano Simeón en el Templo de Jerusalén, anunció un gran sufrimiento para Jesús y para María, y José sintió una gran pena.
Sin embargo, gracias a su fe en Dios supo alegrarse al pensar que ese dolor iba a servir para la salvación de muchos hombres y mujeres que, gracias a este dolor, podrían conocer a Dios.
TERCER DOLOR: Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de que fuera concebido en el seno materno (Lc 2,21).
TERCER GOZO: Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt 1, 21).
REFLEXIÓN: La primera tristeza de san José fue superada por la gran alegría de poner al Niño el nombre de Jesús, como le había dicho en ángel en sueños.
También nosotros estaremos contentos si hacemos el bien y cumplimos con lo que Dios nos pide. Dios siempre está a nuestro lado en las penas y las alegrías.
SEGUNDO DOLOR: Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron (Jn 1,11).
SEGUNDO GOZO: Fueron deprisa y encontraron a María, a José y al niño reclinado en el pesebre (Lc 2,16).
REFLEXIÓN: Cuando en Belén no encontraron posada donde alojarse y un buen lugar en el que pudiera nacer el Niño en condiciones, José no se desesperó, sino que no paró hasta encontrar un lugar acogedor.
Así nos ha enseñado a superar los problemas con calma y decisión, con una confianza grande en Dios, que nunca nos abandona en los mayores apuros.
PRIMER DOLOR: Estaba san José desposado con María, y antes de vivir juntos se encontró con que Ella había concebido en su seno, él no sabía que había sido por obra del Espíritu Santo (Mt 1,18).
PRIMER GOZO: El ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, pues lo concebido en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús (Mt 1, 20-21).
REFLEXIÓN: Durante unos días san José estuvo silencioso y triste, pensando qué debía hacer, porque amaba a María.
Para todos él es un ejemplo de confianza en Dios: fue discreto, respetó a María y supo esperar hasta que supo la verdad. Entretanto había decidido en abandonar a su esposa en secreto.
Dios premió su honradez y, a partir de entonces, pudo formar la familia en la que creció Jesús y le enseñó a trabajar, amó a María hasta el final de su vida. Así, esta familia es modelo de amor y de trabajo para todas las familias del mundo.